Gualta cuenta con una extensa red de canales y riegos, de los cuales, cabe destacar el riego del Molí, el de Madral o d’En Fonts y la acequia “el regadiu”. El terreno es muy llano, sólo roto por el monte de la Font Pasquala. También encontramos los restos de un poblado ibérico, el antiguo castillo, la iglesia de Santa Maria y el puente de Gualta.
Municipio bañado por el río Ter, está documentado del siglo IX con la palabra latina Columbarios con el consiguiente significado del «lugar donde se crían palomas» y es ésta la razón por la que en el escudo de Colomers se representa una paloma. Cabe destacar la arquitectura barroca de la Casa Quintana y la iglesia de Santa Maria.
Gualta cuenta con una extensa red de canales y riegos, de los cuales, cabe destacar el riego del Molí, el de Madral o d’En Fonts y la acequia “el regadiu”. El terreno es muy llano, sólo roto por el monte de la Font Pasquala. También encontramos los restos de un poblado ibérico, el antiguo castillo, la iglesia de Santa Maria y el puente de Gualta.
Municipio bañado por el río Ter, está documentado del siglo IX con la palabra latina Columbarios con el consiguiente significado del «lugar donde se crían palomas» y es ésta la razón por la que en el escudo de Colomers se representa una paloma. Cabe destacar la arquitectura barroca de la Casa Quintana y la iglesia de Santa Maria.
Los restos más antiguos de Foixà se datan en el siglo XIII, con el testimonio de su castillo, que se alza imponente en lo más alto, desde donde se ven los territorios del antiguo condado de Empúries como Cuells, la Sala, Sant Llorenç de les Arenes o el antiguo poblado de Sidillà, ya en ruinas. También podemos destacar el edificio gótico de Can Planiol (S.XVI), el Palacio de Can Ribot y los diversos portales de la antigua muralla medieval.
El pueblo de Jafre presenta un núcleo compacto alrededor del castillo y de la iglesia. Muchos edificios poseen elementos de los siglos XVII y XVIII. Destacan las casas solariegas de dos familias que tuvieron mucha preeminencia y en ciertos momentos, fueron antagónicas: Can Pou y Can Ric. La iglesia parroquial de Sant Martí de Jafre es mencionada en el siglo XIII.
Encima de la cima del antiguo Mont Aspre encontramos la villa de Pals, amurallada casi en su totalidad. Su población está repartida entre el núcleo de Pals, Els Masos y Platja. Destacan las murallas medievales, la Torre de las Horas del antiguo castillo medieval, las tumbas antropomorfas de los siglos X-XI y el mirador del Pedró, llamado también mirador de Josep Pla. El municipio también se caracteriza por acoger varias masías antiguas, los campos de arroz y la extensa playa con vegetación dunar.
Cruïlles, Monells y Sant Sadurní de l’Heura es un conjunto de municipios que se agrupó en 1974. El jefe del municipio es Sant Sadurní de l’Heura y tanto el pueblo como el castillo formaron parte del obispado de Girona el año 1442. Cruïlles, situado a la izquierda del río Daró, cuenta con la iglesia de Santa Eulàlia con pinturas románicas y un retablo gótico, que perteneció al monasterio de Sant Miquel de Cruïlles. Monells se caracteriza por los restos de murallas de un antiguo castillo y por la iglesia de estilo gótico de Sant Genís.
En medio del Baix Empordà, se encuentra el municipio de Forallac, que reúne los núcleos históricos de Vulpellac, Fonteta, Canapost, Peratallada, Sant Climente de Peralta, Santa Susanna de Peralta y Fitor. Estos pueblos configuran una realidad histórica, cultural y natural que permite acercarnos a la esencia más genuina del Empordà. Todos con un extenso legado patrimonial porque están emplazados en un territorio estratégico, que ha sido cruce de diferentes culturas a lo largo de los siglos.
Rupià fue durante siglos uno de los lugares de dominio del obispo de Girona, hecho que ha dejado su huella en el castillo, de estilo gótico civil y en el nombre de algunas calles y plazas. También son visibles los restos de las murallas del siglo XV que antiguamente rodeaban el municipio, de trazado urbanístico medieval. Como curiosidad cabe destacar el grande Olivo del Mas Llorà, que Josep Pla evocó como “olivo prodigioso” en sus textos. Hoy sólo queda la cepa a causa de un incendio, pero se cree que es uno de los ejemplares de olivo más grandes del Mediterráneo.
El municipio está formado por dos pueblos: Les Olives, donde se encuentra el Ayuntamiento, y Garrigoles. Tiene dos iglesias de origen románico y algunas casas y masías de los siglos XVII y XVIII. El paisaje que rodea a ambos pueblos se caracteriza por los campos de secano y por bosque mediterráneo de pinos y encinas. Hay varios caminos rurales que permiten dar paseos por el término municipal.
Se documenta desde el año 1046 con el nombre de Ultramorte, pero no es hasta a partir del siglo XVI cuando aparecen menciones más significativas. Antiguamente tenía un castillo situado al norte de la plaza, el Castillo de Finestres, el cual tiene una historia bastante desconocida. Una característica es que no tiene poblamiento diseminado, sino que su población se reúne alrededor de la iglesia y se prolonga con dos arrabales.
El pueblo de Jafre presenta un núcleo compacto alrededor del castillo y de la iglesia. Muchos edificios poseen elementos de los siglos XVII y XVIII. Destacan las casas solariegas de dos familias que tuvieron mucha preeminencia y en ciertos momentos, fueron antagónicas: Can Pou y Can Ric. La iglesia parroquial de Sant Martí de Jafre es mencionada en el siglo XIII.
Los restos más antiguos de Foixà se datan en el siglo XIII, con el testimonio de su castillo, que se alza imponente en lo más alto, desde donde se ven los territorios del antiguo condado de Empúries como Cuells, la Sala, Sant Llorenç de les Arenes o el antiguo poblado de Sidillà, ya en ruinas. También podemos destacar el edificio gótico de Can Planiol (S.XVI), el Palacio de Can Ribot y los diversos portales de la antigua muralla medieval.
Cruïlles, Monells y Sant Sadurní de l’Heura es un conjunto de municipios que se agrupó en 1974. El jefe del municipio es Sant Sadurní de l’Heura y tanto el pueblo como el castillo formaron parte del obispado de Girona el año 1442. Cruïlles, situado a la izquierda del río Daró, cuenta con la iglesia de Santa Eulàlia con pinturas románicas y un retablo gótico, que perteneció al monasterio de Sant Miquel de Cruïlles. Monells se caracteriza por los restos de murallas de un antiguo castillo y por la iglesia de estilo gótico de Sant Genís.
En medio del Baix Empordà, se encuentra el municipio de Forallac, que reúne los núcleos históricos de Vulpellac, Fonteta, Canapost, Peratallada, Sant Climente de Peralta, Santa Susanna de Peralta y Fitor. Estos pueblos configuran una realidad histórica, cultural y natural que permite acercarnos a la esencia más genuina del Empordà. Todos con un extenso legado patrimonial porque están emplazados en un territorio estratégico, que ha sido cruce de diferentes culturas a lo largo de los siglos.
Encima de la cima del antiguo Mont Aspre encontramos la villa de Pals, amurallada casi en su totalidad. Su población está repartida entre el núcleo de Pals, Els Masos y Platja. Destacan las murallas medievales, la Torre de las Horas del antiguo castillo medieval, las tumbas antropomorfas de los siglos X-XI y el mirador del Pedró, llamado también mirador de Josep Pla. El municipio también se caracteriza por acoger varias masías antiguas, los campos de arroz y la extensa playa con vegetación dunar.
Rupià fue durante siglos uno de los lugares de dominio del obispo de Girona, hecho que ha dejado su huella en el castillo, de estilo gótico civil y en el nombre de algunas calles y plazas. También son visibles los restos de las murallas del siglo XV que antiguamente rodeaban el municipio, de trazado urbanístico medieval. Como curiosidad cabe destacar el grande Olivo del Mas Llorà, que Josep Pla evocó como “olivo prodigioso” en sus textos. Hoy sólo queda la cepa a causa de un incendio, pero se cree que es uno de los ejemplares de olivo más grandes del Mediterráneo.
El pueblo de Jafre presenta un núcleo compacto alrededor del castillo y de la iglesia. Muchos edificios poseen elementos de los siglos XVII y XVIII. Destacan las casas solariegas de dos familias que tuvieron mucha preeminencia y en ciertos momentos, fueron antagónicas: Can Pou y Can Ric. La iglesia parroquial de Sant Martí de Jafre es mencionada en el siglo XIII.